Honrar el linaje de las antiguas para potenciar tu vida

Linaje Femenino en Linares

Tomar el linaje de las antiguas para potenciar tu vida

 “En memoria de mis ancestras que vivieron los límites del silencio ineludible, ésta también es su voz”. Con esta frase inicio mi libro Relatos del cántaro. La traigo a la luz, porque hoy quiero compartirte una cosmovisión que se me mostró hace algunos años, y que desde la que comencé a profundizar en mi vida, una nueva cuota de fuerza y sabiduría se despertó para mí.


Con ésta, me refiero a que las mujeres tenemos la tarea de recordar y honrar el tejido femenino antiguo que nos precede, para encarnar su fuerza y virtudes. Sin embargo, esta tarea no siempre resulta simple, muchas veces el linaje, nos conecta con un amor profundo, pero muchas otras, nos drena energía, lágrimas y vitalidad. Antes de continuar leyendo ojalá puedas identificar cuál es tu caso.


Primero, debes saber que en el linaje antiguo habita una fuente de fuerza y sabiduría inmensa, que es posible traer a la vida en el presente para potenciarla. En el mismo linaje, se encuentra un refugio amplio y receptivo, disponible para que las sucesoras podamos permanecer sostenidas y sólidas en el presente. Sin embargo, muchas veces hay nudos y enmarañamientos que terminan por llevarse nuestra energía vital, ocasionándonos sufrimiento y estancamiento en lugar de potenciarnos.

En innumerables ocasiones he escuchado a mujeres que han participado de los encuentros de la escuela decir:

mis ancestras me conectan a muchísimo dolor, miedo o rechazo ¿cómo podría encontrar fuerza en ellas?

Incluso también he encontrado un rechazo inmenso de parte de algunas hacia todo el linaje, el que inicia en la madre y se extiende hacia la cadena femenina por entero. Este sentimiento, es posible de transformar con paciencia, humildad y mucha constancia.

Pero la realidad, es que cuando iniciamos un proceso de sanar el linaje, no se trata de que cambiemos a nuestras ancestras, su esencia, su forma de ser con nosotras o mucho menos sus historias, sino que se relaciona con transformar la relación que yo tengo con ellas, el como las veo a ellas, movilizando el lugar desde donde me vinculo con ellas, para despertar el sentido de pertenencia, de forma que el linaje sea una fuente de fuerza, amor y salud, y no una carga pesada que arrastrar y que no me permite vivir mi presente. Éste es el movimiento alquímico esencial que debemos realizar.


Entonces, en todo proceso de sanación con el linaje transformo la dinámica de la relación con éste, no a mis ancestras como tal y esto es algo que realizo dentro de mi paisaje interno. Se trata de desarrollar las virtudes de la honra, el respeto, la humildad, la reverencia y por sobre todo la aceptación (nuestra joya virtuosa de la sanación). Esto también implica transformar las creencias matriz que tengo acerca de mi linaje, las que puedo reconocer indagando aquellos sentimientos que aparecen en mí al pensar en éste.


Entonces la pregunta clave es: tu linaje femenino (madre, tías, abuelas, bisabuelas etc. ) ¿te conecta con sentimientos plenos y expansivos, o con sentimientos de dolor, que te cierran o te quitan vitalidad? así mismo el pensar en tu madre ¿Te conecta con sentimientos plenos y expansivos, o con sentimientos de dolor, que te cierran o te quitan vitalidad?

Entrar en la memoria del linaje para sostenerme en él, por más que resulte doloroso, siempre es algo de lo que podemos sacar en limpio muchas cosas.

Respecto a esto, en mi libro Relatos del cántaro te comparto: “Si una mujer se da permiso de navegar en las heridas de su historia familiar, estará más cerca de su verdadera revolución. Sin embargo, en principio este proceso puede ser muy confuso tanto para la propia mujer como para quienes están cerca de ella, ya que, al aceptar profundizar la propia herida, se puede desencadenar la crisis, espacio que comúnmente se identifica como algo negativo”.

Siempre recuerda, desde la visión que te propongo, es clave que para sanar podamos entrar de lleno en lo que nos duele o pesa, para mirarlo con los ojos bien abiertos, y esto no se trata de tocar una y otra vez la herida hasta el cansancio, sino de profundizar y procesar lo suficientemente el dolor, para conocerme a mí misma en gran medida y así avanzar hacia las virtudes de la reconciliación y la aceptación para potenciar mi vida. Luego de mirar el fondo de mi dolor, me quedo en el presente, con la fuerza que me trae el proceso de haber reconocido mis memorias.

El cómo y cuándo necesito entrar en la herida, y cuándo necesito dejarla en paz, es algo que nos va mostrando la intuición y la guía interna.

 

Los vínculos madre- hija en el linaje

El motor de los linajes femeninos, está en cada una de las relaciones madre- hija: la relación mía con mi madre, la relación de mi madre con su madre (abuela materna), y la relación de mi abuela con su madre (bisabuela materna). Por ello es que sanar la relación con la propia madre, siempre es el primer paso en el camino curativo de toda mujer y así también el más desafiante.

Aquí yacen los puntos o enmarañamientos que con más fuerza pueden determinar mi presente, sin que yo conozca las raíces de lo que hoy me boicotea, enferma o limita. Así también es en estos eslabones donde radica el ímpetu, la vehemencia y la pasión de la vida para mi presente, sin embargo, es algo que con cada proceso terapéutico vamos despertando.


En el micro-sistema familiar que sostiene sólidamente esta triada: – yo, mi madre y mi abuela materna- , se entreteje la parte más clave de mis memorias uterinas, por lo que, profundizando las historias de ellas, puedo notar lo que esencialmente necesita ser honrado, mirado y reconciliado en mi campo de información. No obstante, aunque muchas veces no logramos obtener información tangible de lo que estas anteriores mujeres vivieron y aquellas heridas que no pudieron sanar, siempre podemos acceder a su consciencia y su existencia, dentro nuestro (esto es algo que siempre les comparto en el Training de sanación de memorias uterinas), ya que en el campo de información de nuestra vida, están presentes, todos los antepasados, las dinámicas vinculares entre ellos y cómo éstas, determinan mi presente. En síntesis, para sanar no necesitamos conocer específicamente la historia que hoy genera una implicancia para mí.


Es en esta triada, es además donde existe la mayor fidelidad y solidaridad a nivel de linajes femeninos, lo que nos lleva a repetir historias de nuestras antepasadas, o a no tomar la capacidad de crear nuestra vida, por una sensación de traición imperante, por lo que ante cualquier logro la sucesora se siente culpable por “ser mejor o estar más feliz que sus antepasadas”.  Esto es una programación que permanece a nivel inconsciente.

Esta necesidad de no superar al linaje femenino para ser vista con ojos de amor por madre y abuelas, muchas veces es lo que más trabajo personal conlleva para cualquier mujer, ya que se requiere reafirmar mucho el propio poder personal, la propia valía y el propio derecho de hacer de la vida aquello que más sentido nos haga.

Este es un punto que ha sido fomentado inmensamente por el patriarcado, ya que a las mujeres siempre se nos incentiva a ser menos, a renunciar a nosotras mismas, a ser condescendiente ante otros, a invisibilizarnos para que los demás brillen y si yo llego a brillar demasiado, siento culpa. Y en este contexto tan enfermizo, es que aquellas mujeres que han podido sacar adelante su proyecto exitoso, muchas veces han tenido que polarizarse hacia su energía masculina, en desmedro de su energía femenina, lo que continúa ampliando la energía del femenino herido a nivel cultural y personal.

Nuestras madres, abuelas, bisabuelas y más atrás, no tuvieron muchas opciones ante una cultura devoradoramente imperante. Sin embargo, quiero invitarte a incorporar un sanador ejercicio en tu vida que a mí me transformó por completo, y es que en cada uno de tus logros, ya sea personales o profesionales, se los ofrendes a la tribu de mujeres de tu linaje», esto es algo que aprendí en mi formación en constelaciones de Hellinger, aquí se nos planteaba: “Para que el dolor de mis antepasados no haya sido en vano, yo hago lo mejor que puedo con mi vida, tomo mi vida como un regalo al que estoy agradecida, y de esta forma agradezco. El brillo de mi gratitud ilumina a quienes están más atrás de mí”.

Aquí fue que aprendí que hacer lo mejor con la propia vida, es una forma de gratitud.

Por lo tanto, si te has visto a ti misma, sintiendo culpa, por ser feliz, por trabajar por tus sueños, por ser diferente a tu linaje femenino y tener un nivel de vida claramente mejor de la que las antiguas tuvieron, quiero invitarte a que tomes consciencia que hoy estás parada sobre los cimientos que las antiguas y los antiguos construyeron. Ellas y ellos, dejaron un piso para ti, por lo tanto, es natural e inevitable que puedas llegar más lejos y puedas mirar más alto.

 

Conectar con las antiguas desde el corazón

Finalmente, la propuesta de este post, no se trata de cortar el vínculo con nuestro linaje, sé que muchas veces es el único recurso que se tiene para enfrentar situaciones familiares que no hacen más que destruir, pero por más que en la vida real decidamos marcar este tipo de límites drásticos, tomar el linaje femenino en el corazón en nuestro paisaje interior, es algo que podemos realizar sin necesidad de contacto directo con nuestras antepasadas y esto lo que trae más sabiduría y fuerza para la vida.

Estén ellas vivas o muertas, estén aquí o estén en el otro lado del mundo, hay un espacio a través del cual nos podemos conectar con ellas, y éste espacio es el corazón.

El corazón es un centro multidimensional de alta vibración, una vez que desde éste se despierta la conexión saludable a nuestro linaje, ya nunca más se desconecta. Y de esta forma las antiguas pueden permanecer cómo un refugio y un fuego interior para la vida.


Sophie Hellinger nos dice que el proceso de reordenamiento de aquellos asuntos del pasado que determinan nuestra vida, requiere una fuerza especial ¿de dónde viene esta fuerza? de la conexión con madre, padre, las antepasadas y los antepasados. Aquí el desafío es finalmente dejar atrás lo que pasó y abrirme a lo nuevo (En el libro «La propia felicidad»).


Para finalizar este artículo, te invito a visualizar como desde tu corazón se extienden hilos brillantes hacia atrás de ti que te conectan a tu madre, desde ellas estos se extienden a tu abuela materna, desde ahí a su madre, tu bisabuela materna, y así progresivamente hasta que la hilera de mujeres detrás de ti se pierde en el paisaje infinito, siente los corazones de todas latiendo fuerte en esa hilera, los corazones de ellas bombean tu corazón.

Con amor inmenso, Ximena Nohemí

 

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