Sanar la relación con el padre y la energía masculina

Sanar Memorias Uterinas

Me gustaría iniciar este post con dos preguntas esenciales:  

¿Cuánto espacio hay disponible dentro de tu corazón para tomar a tu padre? y ¿Existen sentimientos de rabia, dolor o ausencias del pasado que cierran ese espacio?


Sea lo que sea que sientas cuando hablamos de tu padre, permítete darle lugar a lo que surge y repite hacia dentro de ti: “es esto, es así ahora, me abro a la aceptación genuina de mi sentir”. Esto se torna un paso imprescindible, ya que validar y reconocer los sentimientos de la niña interna, es la base para entrar hacia lo que tiene que ser sanado y crecer en el proceso de autoconocerse para autocuidarse como la mujer adulta.

La mayoría de las personas no se conocen en profundidad a sí mismas, pero en el camino del despertar, es clave identificar nuestra herida matriz, ya que ésta es la base para crecer y desenvolvernos como mujeres sanas y sabias en el presente.

Es por ello que este post, está dedicado a sumergirnos en el simbolismo del padre en la propia vida y observar sin juicio y sin expectativa el terreno de la relación con él.

El simbolismo del padre para el alma

Si la madre interna nos enseña las tácticas y cualidades necesarias, para sostener los tiempos internos y maternarnos en el nido, el padre interior nos dice cuando es el momento de alzar el vuelo y salir al mundo a cumplir los sueños. Esta es la forma más gráfica de describir la energía que nos entrega el padre. Cuando no nos sentimos listas para salir afuera, estamos demasiado temerosas, dudamos de nuestra valía, nuestra fuerza, nuestra capacidad de sustentarnos y valernos por nosotras mismas, probablemente la presencia interna de nuestro padre, es insuficiente, lo que hace tener un masculino interno que precisa ser madurado y fortalecido. Lo que también nos señala: un padre que necesita ser tomado en el corazón.

Es aquí donde queremos llegar: para tener una energía masculina sana, debemos reparar la historia que vivimos con nuestro padre cuando éramos pequeñas. De esta forma, en el presente, podremos lograr un nuevo orden en la relación con el propio padre, lo que requerirá diferenciarnos de la visión negativa que la propia madre posiblemente pueda tener acerca del padre, y de los hombres en general. 

Mientras que la energía femenina de la madre interior nos permite gestar, sostener y esperar el tiempo idóneo hasta llevar a término las propias creaciones, la energía masculina del padre interno, nos permite visualizar el paso a paso concreto y ejercer acción para llevarlo a cabo. Cuando logramos tomar al padre en nuestro corazón, principalmente como ser humano y no, desde como fue al ser pareja de la madre, esto nos otorga una gran capacidad de concretar, es decir, pasar del mundo de las ideas al mundo de los proyectos y llevar a la acción un pensamiento. Con la energía masculina sana en nosotras, nuestra presencia en el mundo comienza a ser diferente.

La energía masculina del padre nos entrega esa sensación de ser capaces, de ser adecuados para el mundo, de ser suficientes como mujeres. Y esto lo extrapolamos además, a las relaciones que de adultas tenemos con otros hombres, ya que al mirarlos a los ojos los estamos viendo auténticamente a ellos, no a una proyección inconsciente de mi padre y lo que en realidad deseo reclamar a él.

 

La herida

Sanar una posible herida con el padre, no ocurre de la noche a la mañana, esto es un proceso, y por lo tanto, requiere tiempo y paciencia dependiendo de la magnitud de la misma.

Así también, cuando hablamos de sanar la relación con el padre, no sólo estamos hablando de reparar cualquier posible herida del pasado o el presente, sino también de reacomodar el vínculo de la mujer adulta con su padre. Esta es la forma en que en el interior: el padre ocupa su lugar de padre y la hija su lugar de hija, no como la niña, sino como la mujer creadora.

Reacomodando en el corazón, este vínculo base de la vida, podamos asentarnos en un terreno interior firme, para que en el presente lleguemos a ser todo lo libre, auténticas y creativas que podamos ser.

Aquí también hay un punto, que no podemos obviar, incluso la relación haya sido absolutamente sana, siempre es importante reordenar la relación de la “hija adulta” con el padre del presente (esté éste vivo o no), de forma que ninguna de nosotras termine siendo “la niñita de papá”, lo que implicaría, ser incapaz de tomar decisiones que el propio padre desapruebe, manteniéndose siempre en torno al medio potencial, pero nunca en camino hacia el máximo potencial de sí misma, ya sea por miedo a la desaprobación de él o derechamente por miedo a transgredir la idea interna de la autoridad paterna.

Ser lo máxima que puedas ser, muchas veces requerirá romper las reglas o asumir cosmovisiones diferentes a las recibidas desde el padre y la tradición familiar en general y es aquí donde debemos posicionarnos con firmeza y convicción de la vida que deseamos construir para nosotras.

Finalmente, podemos plantear que, la madre nos entrega todo para tener un desarrollo emocional sano, pero hay aspectos que sólo nuestro padre, nos puede entregar. El padre, por lo tanto, es clave de tomar en el corazón para obtener la fuerza y el enraizamiento de la energía masculina a lo largo de la vida. Una energía masculina en equilibro, nos permite desenvolvernos en la vida adulta y en el externo, de una manera saludable, desarrollando las herramientas necesarias para movernos en un mundo que nos exige ser audaces y creativas ante los desafíos personales y profesionales.  Así también una relación sana con el padre y con la energía masculina en general, nos permite ver al resto de los hombres del mundo como seres reales, sin la proyección de las heridas paternas pendientes de nuestra historia, esto sin duda, nos permite desarrollar relaciones de parejas saludables y que fomentan el crecimiento de cada parte.

 

La historia de la ausencia, el rechazo y el maltrato

Cuando existe una herida de ausencia física o emocional, experimentada como soledad, rechazo o abandono, o incluso hubo historia de maltrato o abuso con el propio padre, es importante reconocer que estas experiencias dejan una huella traumática por toda la vida (se genera la impronta de que: mi vida estuvo en peligro), y sus efectos condicionan mi forma de vivirme en el mundo y relacionarme conmigo misma, pues adquiero y desarrollo corazas de autoprotección. 

Aquí sin duda el proceso terapéutico reparatorio, se torna esencial, de lo contrario una parte de nosotras se congela en el momento que ocurrió la situación dolorosa y vemos el mundo desde el filtro de la niña interna herida, lo que disminuye inmensamente nuestro potencial ya que, una herida traumática no sanada, tiene significativa fuerza para controlarnos en el presente.

Por lo que aquí te comparto señales importantes de que se debe tomar acción para reparar la relación con el padre: 

  • Buscas su aprobación en todo lo que haces y si él no está feliz con la mujer que eres, te sientes subvalorada.
  • Si sientes que aún hay asuntos pendientes que no han sido sanados desde la infancia, y estos a veces vienen como fantasmas y recuerdos amargos que te quitan fuerzas.
  • Si sientes que te hiere su forma de tratarte.
  • Si para ti hablar del padre, significa una gran ausencia o vacío de alguien que nunca estuvo o se interesó en tu vida.
  • Si prefieres mantener un gran abismo de distancia en la relación entre tú y tu padre, para poder estar bien.
  • Si no tienes fuerzas ni energía para crear tu propia vida.

En cuanto a este último punto, la herida de un padre ausente es profunda y hoy abarca un amplio espectro de la sociedad, dejando a las personas con una sensación de vacío, desamparo e inseguridad, muchas veces sutil pero latente.

Para cerrar este post quiero compartirte que: los procesos de sanar el alma, no tienen recetas, aquí está en juego la historia más íntima de cada persona que decide iniciar un camino curativo. Es clave que si identificamos la presencia de una herida a nivel de la niña interna, tomemos acción para reparar terapéuticamente lo que tenga que ser reparado. Esta es la única forma en que el pasado difícil deja de controlar la propia vida, transformándose en una fuente de sabiduría para el presente.

Tienes que saber que, en caso de que portes una herida con tu padre, hoy es clave dar los pasos necesarios hasta encontrar la medicina adecuada. Esto es lo que impulsará a tu mujer adulta, para que ella pueda tomar la energía masculina sana en su corazón y con ello cree para sí misma todo lo bueno que sueña y se merece.

 

Con amor infinito Ximena

2 comentarios en «Sanar la relación con el padre y la energía masculina»

  1. Hola Ximena, gracias por compartir estos posts me llegan mucho en este momento de la Vida. Quisiera saber si tú acompañas procesos terapéuticos de manera individual para sanar e integrar estas heridas. En mi caso, después de mucho ir y venir alrededor, llegué a un punto en que necesito ir más profundo para poder de una vez tomar mi Vida y sé que pasa por no tomar a ese papá en el corazón.
    Te dejo mi pregunta. Gracias.

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