Como plantea Mirabai Starr en su libro Misericordia salvaje “No forma parte de tus responsabilidades hacer tú sola de pastora de esta ser humana y protegerla del mundo (no vas a poder). La Gran Madre te sostiene a ti mientras tú sostienes a tu hija. Cuando te sientas incapaz de tomar la decisión adecuada, o incluso cuando no veas el momento de recuperar el aliento, invoca a esa Madre. Podrás apoyar la cabeza en su regazo, soltar las cargas de tu corazón y escuchar sus consejos. Y luego, reconfortada de nuevo al amor de su lumbre, regresarás al bosque para ir a buscar a tu pequeña y seguirás con tu camino”.
El arte del automaternaje es multidimensional, requiere activar muchas dimensiones de nosotras mismas y del entorno con tal de llevar a cabo un proceso exitoso. Esto en el sentido de lograr acompañar mi ser sin juicios, poder regular mis emociones y ser capaz de comunicarme con claridad incluso cuando sea necesario expresar lo incómodo para mí.
Por un lado, preciso cultivar cualidades internas que me ayuden en el proceso del automaternaje. La mirada lúcida y la autocompasión. Y por otro, requiere apoyarme en vínculos que me sostengan en el proceso.
Llegar a sentirme tomada y sostenida por mi clan femenino es muy importante en este proceso. Sé que muchas veces hay historias y conflictos que llevan a rechazar a las mujeres del linaje. Sin embargo, es clave avanzar hacia una reconciliación con ellas que permita tomar refugio en sus existencias. Esto inicia con aumentar el ancho de banda emocional del corazón. ¿Cuánto eres capaz de amar?
Un mantra que desde hace mucho tiempo repito para mí es “en el fuego de mis ancestras tomo refugio”. Ellas se han transformado en una manera de practicar mi espiritualidad diaria. Ya sea a través de la visualización de que mi madre, abuelas, bisabuelas y las antiguas están detrás de mí o a través de mis rezos de petición o agradecimiento.
¿Te has preguntado que pasaría si pidieras a tus ancestras mirarte con ojos de amor cada vez que obtengas un logro que ellas no tuvieron?
Claramente, esto sanaría la culpa y el desgaste constante de sentir no merecer lo bueno o de no lograr manifestarlo en tu vida.
Las ancestras viven en nuestro interior. Ellas están en nuestro ADN y además en el campo de información invisible que llevamos. Estamos entrelazadas con ellas a través de pactos de solidaridad y fidelidad que de no ser conscientes se tornan irrompibles y condenan nuestra vida. Por ejemplo, pactos que nos llevan al bloqueo de cualquier nivel de prosperidad que mis ancestras no tuvieron. “Si ellas no pudieron, por respeto a ellas yo tampoco”.
Ya sea que tu linaje femenino es una fuente de amor o de dolor, puedes desarrollar las actitudes de (1) cultivar la comprensión auténtica de sus historias, (2) mirarlas con ojos de amor y (3) ablandar las corazas que blindan tu corazón para recibirlas y tomarlas como parte de tu ser. Solo desde ahí su legado dejará de ser una carga pesada para la vida y pasará a ser una fuente de fuerza y sabiduría.
Paradógicamente, cuando comiences a conocer en profundidad las mujeres de tu linaje y desarrolles una mirada amorosa hacia cada una de ellas, su pasado dejará de controlar tu vida. Sin embargo, del sentimiento de rechazo al amor puede haber un abismo de distancia. También nos hacemos consciente de que eso que llamamos fidelidad en realidad es una necesidad oculta de nuestro corazón de tomar a cada uno de los pertenecientes al linaje.
Una vez que ya puedas tomar a tus ancestras en tu corazón y puedas visualizarlas detrás de ti caminando contigo en cada paso y guiándote en tus decisiones, sentirás que maternarte a ti misma no es algo realizado desde la soledad o la autoexigencia. Si no que se torna una práctica sostenida por tu espiritualidad femenina.
Puedes sostenerte de cuanto sientas. Maternarte no tiene por qué ser un camino pesado y solitario. Invoca a tu tribu de ancestras que te acompañan y guían desde lo invisible. Siente como cada una de esas mujeres estuvo en la Tierra y abrió camino para ti.
En 2024 iniciará un nuevo programa en que te entregaré mis claves en el automaternaje. Eres inmensamente bienvenida si deseas sumarte.
Deseo que estas palabras te inspiren.
Con inmenso amor, Ximena.