En el equinoccio de primavera,
La voz de la Tierra te llama de nuevo:
– ¿ya estás lista hija? Ya estuviste demasiado tiempo en el inframundo.
Ven, a mirar las flores que han brotado en tu florero.
Las aves están cantando en tu jardín mientras te esperan.
Han decorado todo para tu venida, tu ascenso, tu regreso, mira cuantos aromas, cantos y colores te reciben.
Las abejas, colibríes y rosas rojas, te han extrañado con ímpetu y anhelo.
Ven hijita, ¡ay! no recuerdo tu nombre,
Pero eso no importa ahora.
Porque este es un llamado para todas las mujeres del sur de la tierra.
Las estoy invitando a emerger, a florecer y a jugar como cuando eran niñas en los días de sol.
Quiero que se inventen idiomas con colores de tierra en el rostro.
Quiero que se ensucien las uñas con barro negro mientras modelan mundos nuevos para habitarse.
Quiero que sean capaces de iniciarse desde cero, y aun así, no se aproblemen.
Sino que permanezcan livianas, despreocupadas,
Cómo las mariposas que las visitan en la ventana,
Ya que ahora, es tiempo de estar aquí arriba, con lo que brota y emerge.
Por eso hijita,
no te preocupes por lo que has dejado atrás, tampoco te angusties por las partes de tu cuerpo que has tenido que dejar morir en el invierno pasado.
Serán abono,
Estarán allí aún, en el próximo otoño.
La regeneración ocurre sin que la llames.
Ahora es tiempo de que disfrutes la danza de los días,
Este es tu presente, vente pronto hijita amada
Déjate acunar entre los prístinos y cálidos rayos del sol de primavera, permite que acaricien tu rostro famélico y pálido, que de dolor, frío y muerte ya tuviste suficiente.-
Por Ximena Nohemí
Inspirado en el mito de Deméter y Perséfone