El camino de la mujer despierta hacia la mujer medicina

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“Estás recordando y los dones de tu alma están emergiendo” Rebecca Campbell.

La mujer despierta es quien experimenta el impulso de búsqueda dentro de sí. Ella es movilizada por lo profundo que la llama desde la memoria antigua. Incentivándola a recordar algo que ha olvidado, y de esta forma, traer al presente una magia que anhela ser compartida y manifestada.

Este camino personal inicia cuando llega un momento de la propia vida, en que reconocemos la existencia de aquello que coexiste más allá de lo cotidiano y lo visible. Entonces podemos percibir que nuestro nombre está siendo susurrado, por voces antiguas que anhelan despertarnos, a través de sueños, sensaciones y mensajes.

Es así como, de diferentes maneras y formas, nuestro destino divino comienza a dar las señales necesarias, para que podamos abrir los ojos, despertar del sueño envolvente y darnos cuenta que somos parte de un propósito más grande y sabio del que nos imaginamos.

Por ello es que, la mujer que despierta, primero necesita detenerse ante la vorágine confusa de la vida cotidiana, para disponerse a escuchar y descifrar el mensaje numinoso de la vida. De no detenerse para contemplar, ella continuará dormida, habitando la inercia veloz de todos los excesos que hoy nos confunden, alejándonos de lo femenino, paulatino e intuitivo.

La mujer despierta mira, siente, percibe y aprende. Y así también, su intuición se transforma en una herramienta de viaje y evolución importante, que le va indicando los lugares hacia donde ir y las personas con las cuales quedarse. Por ello es que, la intuición es la más importante y revolucionaria compañera de viaje de la mujer despierta.

 

El inicio del camino

Muchas veces este despertar comienza con un dolor profundo, una sensación de enajenación poderosa, o una crisis de vida. Todo lo cual nos lleva a sentir que no nos encontramos ni en el momento, ni en el sitio en que deberíamos estar, o que no somos todo lo plenas y poderosas que podríamos ser.

Lo que luego da pie a una de las experiencias más trascendentes del camino espiritual de toda mujer. La decisión intransferible de iniciar su viaje heroico hacia lo más profundo y desconocido de sí misma, para encaminarse a recuperar las partes extraviadas de su historia, abrazando las versiones heridas con todo el amor y gratitud que emergen desde sí.

Por ello es que, más allá de todos los caminos que se van abriendo una vez abiertos los ojos, el viaje más importante de todos es el que la mujer realiza hacia el centro de su ser. No solo para conocerse y aprender de sí, sino también para reacomodar con amor y compasión estas partes heridas que han quedado relegadas al borde del camino vital.

Gran parte de su tiempo en este tránsito, por lo tanto, sus partes sabias aprenden a abrazar a sus partes heridas y esto la va conllevando a la construcción de un santuario interior, que acondiciona la vida interna como un paisaje altamente regenerativo.

Cuando la mujer despierta está lista y preparada, después de haber recorrido la ruta hacia lo profundo de sí misma, aceptándose con todo lo que es, da a luz a su mujer medicina y de esta manera su misión ahora es comenzar a ofrendar con transparencia y compromiso su ser genuino al mundo.

La mujer medicina está preparada para decir su verdad, está lista para desatarse de las cargas ancestrales que la han atrapado durante tanto tiempo y de esta forma, al fin dedicarse a cuidar con amor y compasión todo lo más luminoso y bello que anhela brotar desde ella.

La mujer medicina, es la manifestación máxima de amor en la Tierra. Se caracteriza por una entrega transparente y honesta en cada encuentro vital, enraizando la coherencia en su vida interna, y desde ese lugar, inspirar a sus entornos con cada una de sus palabras y acciones.


Mujer medicina

[…]

y en ese amor infinito a todos los seres

INSPIRAR a otros A amar

siempre AMAR

[Extracto del libro Relatos del Cántaro]


Es este viaje heroico, el que mayormente ha determinado mi sensación de haber despertado de un sueño, para recordar mi verdadera esencia como mujer. Todas tenemos un momento para sentir el dolor y arrastrarnos como la serpiente, pero también hay un tiempo para despertar y salir volando raudas como el colibrí, y al final, siempre existe un tiempo en que la vida nos llama a abrir las manos y compartir la medicina cultivada.

Los viajes internos me han enseñado que, cada parte del camino espiritual tiene su tiempo idóneo para ser transitada, solo necesitamos estar atentas a la necesidad real de manifestación de nuestro ser aquí y ahora.

Por mi parte, el vacío más inmenso, fue determinante para no aplazar más la búsqueda espiritual que llevaba llamándome desde niña. Cuando sentía que no podía más por tanto dolor que experimentaba en mi ser y que también había en el mundo, se detonaron las situaciones necesarias para movilizarme sin posibilidad de regresar atrás. Hoy diez años después de una de mis crisis más difíciles y poderosas, el viaje continúa y con ello la transformación me otorga cada vez más claridad y liviandad en el vivir.

Y algo que me gustaría compartirte respecto a esto, es que muchas veces no conocemos la ruta completa para dar los pasos necesarios hacia un nuevo estado de consciencia, sin embargo, basta únicamente identificar el próximo pequeño paso, para que las señales comiencen a hablarnos y guiarnos hacia la encarnación viva de nuestra mujer despierta, y con ello parir a nuestra mujer medicina.

Solo puedo decirte: querida mujer, confía y ten fe en tu intuición y en la sabiduría innata del camino. Todo está dispuesto en el orden exacto para que encarnes el destino divino que viniste a realizar.

Con amor inmenso

Ximena

Un comentario en «El camino de la mujer despierta hacia la mujer medicina»

  1. Llorando y emocionada leyendo estas palabras, hoy comparto medicina entre mujeres, pues siento ese llamado desde hace tiempo, y todavía me paralizo, pero a la vez algo más fuerte me llama, me resulta fácil entrar en el autojuicio y por eso más que nunca tengo que darme grandes olas de amor y compasión, para así, luego poder compartir esa vibración con los demás.No es un camino fácil a veces, pero igualmente se siente tan profundo en las raíces de mi Ser, que sólo me queda seguir lo que mi alma siente a pesar de mis miedos, juicios, etc

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