Cuidado emocional y autoconocimiento menstrual. Parte II

Sanar Memorias Uterinas

El dolor menstrual/ dismenorrea

 

Desde que inició la era de la pandemia, muchas mujeres, incluyéndome, hemos experimentado los días menstruales con intensos dolores físicos, que nos han llevado a detenernos hasta el punto de experimentar el cerebro congelado; espasmos intensos que nos obligan a dejar de hacer lo que estábamos haciendo para tumbarnos a descansar un momento. Esto me ha impulsado a buscar aún más profundo las raíces del dolor menstrual, y es por esto que decidí escribir este artículo.

Me gustaría compartirte, primero que todo, la definición formal de dismenorrea que encontré: La dismenorrea es el dolor uterino en el momento de la menstruación. Puede aparecer con las menstruaciones o precederlas 1 a 3 días. El dolor tiende a ser más intenso 24 después del inicio de la menstruación y continúa por 2 a 3 días”.

Anteriormente, en la adolescencia y durante muchos años de mi vida padecí fuertes dolores físicos y emocionales durante el sangrado. Más tarde en la juventud, con la finalidad de encontrar aquello que éste me estaba tratando de mostrar, comencé a sumergirme en la observación y estudio de mi ciclo y desde 2020, luego de llevar varios años sin dolor uterino en el sangrado, éstos regresaron con aguda intensidad, sin duda mi útero me estaba mostrando que en cierta forma yo estaba afectada por todo el contexto circundante, a pesar de que deseaba convencerme a mí misma, de que estaba bien y este cambio en realidad lo estaba llevando muy bien en relación a mi vida. El retorno de mi dolor menstrual, me mostró que la realidad era otra, tenía miedos profundos, angustias y ansiedades que tenía que mirar y hacerme cargo.

Esto ya que confío firmemente, que la voz de la sangre nos muestra lo más real de nuestra vida, la menstruación no miente jamás, y con total transparencia nos habla acerca de lo que está sucediendo a nivel profundo de nuestra vida interna femenina. Aquí somos nosotras las que decidimos si oímos este mensaje y tomamos acción frente a lo que nos muestra o simplemente no hacemos nada.

Respecto a ello dice Read en el libro Pariremos con Placer de Casilda Rodrigañez: “el dolor constituye un sistema de defensa destinado a alertarnos de alguna agresión o disfunción de algún órgano o sistema (por eso, por ejemplo, tenemos más sensi- bilidad para el dolor en la parte delantera del cuerpo que en la espalda, al objeto de proteger las vísceras)”.

Por otro lado, a medida que nos vamos sumergiendo en este artículo quiero compartirte las siguientes premisas que he encontrado:

  • El sangrado menstrual, trae un mensaje desde nuestras tierras profundas (inconsciente femenino), abarcando diferentes esferas de nuestra vida íntima: el mundo ancestral, el vincular, el emocional, el sexual y el espiritual.
  • En la sangre están las voces de las mujeres antepasadas menstruantes del linaje.
  • El dolor si bien es común en sus diferentes manifestaciones, no es algo normal, y aparece como una forma de comunicar algo que necesita ser escuchado. Ante éste preciso tomar una acción enfocada.

Es por ello que, el dolor menstrual tiene una dimensión espiritual y psicológica muy importante, al mostrarnos: lo que nos duele de la propia vida y del ser mujer, por lo tanto, para llegar a lo medular de su mensaje podemos preguntarnos: (1) ¿Qué situaciones de mi vida íntima femenina necesitan ser miradas? (2) ¿Qué es lo que duele de mi propia vida en el presente y a lo largo de mi vida de manera repetitiva? (y no me he hecho cargo)

Comparte la Dra. Christiane Northrup en su libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”: “Caroline Myss dice que los dolores menstruales y el síndrome premenstrual son indicadores clásicos de que una mujer está en conflicto con su realidad femenina, con su papel en la tribu y con lo que ésta espera de ella. Dadas las expectativas tradicionales de nuestra sociedad actual respecto a las mujeres, es raro que no suframos todas de dolores menstruales y síndrome premenstrual”.

Read (en el libro Pariremos con placer) llega a la conclusión de que el miedo, que mantiene activo el sistema simpático, impide la relajación y la distensión de los músculos circulares de la boca del útero, produciendo el movimiento espástico o espasmódico del útero, lo que considera una disfunción de la fisiología natural y normal del parto.

Así también, la misma negación de la ciclicidad de la naturaleza femenina y el rechazo ante la llegada de la sangre, nos lleva a que la menstruación sea dolorosa, ya que nos recuerda mes a mes que hemos nacido mujeres y eso es algo difícil de cambiar.

La menstruación deja de traer dolor cuando el útero se relaja, estado que nos habita cuando logramos reconciliarnos con el hecho de haber nacido mujeres con unos padres determinados y dentro de un linaje determinado, pues muchas veces, este dolor puede venir del deseo de nuestros padres de haber tenido un hijo hombre o incluso haber perdido alguno.

Finalmente, y a modo de conclusión recogiendo todo lo anterior, el útero se tensa cuando la mujer se desconecta de su real naturaleza, cuando pierde su fe en sí misma, cuando renuncia a algo que es importante para sí o no es capaz de marcar los límites necesarios para su vida, intentando satisfacer expectativas externas desalineadas con la propia verdad. También cuando el alma salvaje de la mujer es castrada o aprisionada, literal o simbólicamente. Todo aquello que nos conduce a no vivir desde nuestra verdad tensa el útero, ya que éste es el hogar de la auténtica alma femenina, espacio donde habita la mayor concentración de energía vital creativa. En dolor menstrual nos muestra que algo que está en disonancia, necesita ser conducido nuevamente hacia una resonancia.


Para ahondar esta temática, te comparto estas preguntas clave que la Dra. Christiane Northrup nos plantea en su libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”:

 

  • ¿Cuál es mi verdad personal sobre el ciclo menstrual? ¿Cómo me hace sentir esta información?
  • ¿Qué mensajes acerca de la menstruación y las hormonas he aprendido de mi familia?
  • ¿Qué información he transmitido a las mujeres más jóvenes de mi familia?
  • ¿Qué me digo a mí misma acerca de mi período menstrual?
  • ¿Qué puede enseñarme éste?

 

Agrega la Dra. Christiane Northrup en el mismo libro: “Ese período sin dolores menstruales me hizo comprender que cuando mi vida estaba en equilibrio no tenía dolores. Cuando estaba demasiado ajetreada o estresada, por lo que producía cortisol, noradrenalina e insulina en exceso, mi cuerpo producía un exceso de sustancias químicas inflamatorias y sufría de dolor el primer día de la regla unas cuantas horas”.


¿Qué podemos hacer frente a la manifestación del dolor? Te comparto estas claves de autoconocimiento y autocuidado menstrual:

Tarea 1. Encontrar mi espacio sagrado de recogimiento, preciso tener un lugar donde donde retirarme para retornar a mi centro. Esto me ayuda a vivir en profundidad la invitación de la menstruación. Debo asumir que necesito retirarme para gestionar saludablemente mis emociones. Debo sentir, que tengo un lugar para mí donde puedo ser auténtica y desplegarme.

Tarea 2. Mirar con los ojos bien abiertos, jamás autoengañarnos. En la menstruación podemos sacarnos el velo y ver claramente, por lo que, necesitamos tener determinación, voluntad, fiereza y fuerza para posteriormente movilizarnos y marcar los límites que sean necesarios en la propia vida y soltar aquello que no está en sintonía con la verdad de la propia alma.

Tarea 3. Llevar un diario menstrual nos entrega sabiduría de nuestra vida íntima femenina. La escritura no es terapia, pero resulta terapéutica, por lo que, escribir durante mis días de sangrado me ayuda a develar las voces profundas del vientre y a conocerme de una forma que jamás podría llegar a experimentarlo. Desde la escritura va brotando una sabiduría de cada mujer para su propia vida, y esta puede ser compartida con el mundo. La herramienta del diario menstrual, el desarrollo de la escritura me lleva a culticar una relación curativa y espiritual conmigo misma.

Tarea 4. Abrazar y maternar la herida. Durante mi sangrado aparece la herida de la niña interna, por lo que necesito, tener una práctica diaria de la que sostenerme para volver a mi centro cuando siento que pierdo el control a causa de la angustia o ansiedad (a mi me sirve micho la práctica diaria, de la meditación, el yoga y la danza libre). Así también, si mis heridas son profundas y preciso sanarlas, es importante que pueda tomar acción para iniciar un proceso terapéutico de calidad y significado.

Tarea 5. Practicar el arte de maternarnos durante los días menstruales. Cuidarme, cobijarme, consentirme, mimarme, abrigarme, hacerme obsequios que me conecten con el merecimiento, leerme cuentos medicina, cuidarme a mí misma como el tesoro más preciado, otorgarme visitas a lugares curativos de la naturaleza. Todas estas son formas diferentes de mostrarme amor. Maternarse, no se trata de colocarse una gruesa coraza contra el mundo, sintiendo que no necesito de nadie, ni estoy disponible para nadie, sino es estar en permeabilidad flexible para cuando necesite pedir ayuda externa. Necesitamos expresar, compartir, dar y recibir para mantenernos en salud, mantener vivo el flujo del dar y recibir.

Tarea 6. Mantener un contacto cercano, genuino con la madre tierra de manera frecuente y dentro de lo que mis posibilidades me permitan. Cuando no tenemos fuerzas para sostenernos, la naturaleza es una gran sostenedora y madre sabia de nuestros procesos. La naturaleza es medicina en sí misma.

Tarea 7. Conocer aplicaciones útiles de menstruación, (te recomiendo my calendar), éstas nos ayuda a tener una idea amplia y clara de los días que dura nuestro sangrado, los síntomas que trae, y la cantidad de días que tiende a durar mi ciclo completo, permitiéndonos armar un mapa mental del funcionamiento del propio ciclo. Siento que esto es la base para cultivar un autoconocimiento vital y  profundo.


Finalmente, te comparto que cada mujer necesita descubrir que herramientas necesita para vivir más auténticamente su menstruación. Te invito a descubrir las que resuenan auténticamente con tu alma.

¿Qué tareas agregarías tú? Te leo en los comentarios.

 

Con amor,

Ximena

4 comentarios en «Cuidado emocional y autoconocimiento menstrual. Parte II»

  1. Ambos artículos son muy buenos. Precisamente durante la pandemia tuve unos dolores menstruales muy profundos como nunca. Gracias a eso investigué y encontré esta sabiduría del útero y la ciclicidad que desconocía en tu canal y página de internet. Es algo esencial que deberíamos de saber todas las mujeres.

  2. Gracias Ximena. Siempre es muy nutritivo y sanador leerte con tu historia que también refleja la mia. Justo ayer estuve en una laguna cerrando un ciclo de ocho años que hace que mi madre partió al oriente Eterno. Un de las tareas para superar el dolor es querer hacerlo. Así desde el corazón aparecen las herramientas, las personas y circunstancias que de a poco van ayudando con cada retazo a regresarnos al hogar de nuestra propia alma. La observación constante, sin engaños ha sido vital en mi proceso, sumado al movimiento del cuerpo a través del yoga y la meditación. Gracias. Un gran abrazo

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