Cuidado emocional y autoconocimiento menstrual. Parte I

Sanar Memorias Uterinas

“sangrar es quitarnos la venda de los ojos, para reconocernos y mirar lo que nos habita”

 

La menstruación siempre ha sido una de las temáticas que más me ha apasionado e interesado observar e investigar desde los inicios de la Escuela, ya que desde mi sentir, ésta va mucho más allá de un proceso biológico de autoregulación del organismo, pues tiene implicancias: emocionales, espirituales y arquetípicas que delatan lo profundo de nuestra vida interna femenina.

Desde años atrás, escribiendo los sentires durante mis días de sangrado, anotando sueños, practicando meditaciones, dibujando el diagrama lunar y leyendo autoras como Miranda Gray y Clarissa Pinkola Estés, llegué a la claridad de que la menstruación es un lenguaje, y por ende trae una voz, que con práctica y paciencia, podemos comenzar a descifrar y reconocer como algo natural y cercano en la propia vida. Sangrar, es por lo tanto, una oportunidad de autoconocimiento verdadero, de la propia historia y del linaje femenino y matrilineal que habita nuestro vientre toda la vida.

Específicamente el sangrado, es el lenguaje que trae y muestra lo no resuelto de nuestra propia vida y de la vida de las antepasadas, pues recordemos que, desde la filosofía de las memorias uterinas, en nuestro vientre también habitan las historias de las mujeres de nuestro linaje, y el propio útero, está conectado a una cadena de úteros de mujeres que vivieron en esta tierra y menstruaron antes de nosotras. Ante esto es clave recordar, no sólo que tengo un útero, sino que vengo de un útero, por lo tanto, en todo lo que respecta a la vida interna femenina y a la salud emocional durante el sangrado, reordenar la relación con la madre es crucial como punto de partida.

Según todo lo planteado anteriormente, debemos tener claridad que el útero tiene su propio campo de información, bagaje portado a través de la sangre menstrual. Claramente, ésta no es la misma sangre que saldría de una herida, y eso propicia a que sea un tejido alquímico, misterioso y sabio.

Es por ello que el cómo menstruamos y el cómo nos sentimos cuando menstruamos trae mucha información al presente acerca de las memorias uterinas y aquellas voces que alojan el útero, por lo tanto, es posible comenzar a reconocer las memorias heredadas, prestando atención a la forma de menstruar y llegando a comprender lo que transmite específicamente cada sangrado. Para esto necesitamos permitirnos el espacio que la menstruación misma amerita.

Claves de autoconocimiento

El útero contiene un sinfín de capas de información, que pueden provocar efectos en nuestra vida, ante ello vemos sus síntomas y manifestaciones, sin embargo, no somos conscientes de las dinámicas que los generan, por lo tanto, muchas veces una dolencia menstrual se puede relacionar con: (1) un asunto que no ha sido resuelto en el largo plazo en la propia historia de vida (puede aludir a traumas sexuales), (2) un asunto que no ha sido resuelto en el corto plazo, específicamente en el mes anterior, (3) un asunto que no ha sido resuelto en mi linaje femenino, la herencia uterina, siendo las más determinantes aquellas memorias que provienen de mi madre y mis abuelas materna y paterna.

Aquí la clave es comenzar a mirar siempre desde lo más cercano, antes de buscar en el linaje antiguo:

(1) ¿Qué asuntos de los últimos meses me han llevado a salirme de mi centro, y me he sentido, dolida, invadida, abusada o traicionada etc.? En esta pregunta podemos observar como logramos manejar nuestros movimientos emocionales en el mes anterior. En caso de emociones intensas que no fueron expresadas o colocadas en movimiento a través de alguna herramienta, éstas se manifiestan a través de nuestro sangrado. Así también, el estrés o colapso nervioso, es un factor muy importante en el desequilibrio de nuestra menstruación.

(2) ¿Qué heridas a lo largo de mi historia, permanecen aún no resueltas, ni sanadas o no me he atrevido aún a mirar? Aquí aludimos sobre todo a aquellos traumas de la sexualidad no resueltos, que continúan encapsuladas en el útero a nivel invisible.

(3) ¿De qué asunto de mi vida interna femenina preciso tomar acción hoy para hacer un cambio real y alineado a mi verdad? Respecto a esto última pregunta recordemos que la perdida de nuestro espacio personal, así como el no lograr vivir de acuerdo a nuestra verdad, el sentirnos invadidas, abusadas o presionadas nos afecta directamente la salud menstrua y por ende la salud de los órganos sexuales femeninos.

Ante todas estas señales, una de las más claras, por ejemplo, es sangrar con coágulos, estos aluden a asuntos cristalizados- estancados en el útero, que no se han resuelto en la propia vida o en la vida de las mujeres del linaje de madre o padre.

Así también el sangrar con dolor, nos muestra que hay un dolor emocional profundo de nuestra vida que no estamos mirando, ante ello puedo preguntarte: ¿Qué te duele de ser mujer/de haber nacido mujer? ¿Qué asunto te es doloroso o tortuoso cada día de tu propia vida? Aquí con el tiempo de autoobservación notarás que el sangrado habla por sobre todo de las heridas no resueltas de la propia niña interna, por lo que la sensación de vulnerabilidad, hipersensibilidad, tristeza y dolor profundo nos pueden estar señalando a una niña que dentro nuestro aún llora desamparada y solitaria. De ser así, esto precisa de atención terapéutica que ayude a reparar las heridas sangrantes del pasado: lo que no se sana continúa sangrando como una hemorragia emocional a través de la sangre menstrual: Una gran hemorragia puede ser un dolor profundo de vida.

Frente a las respuestas que con la autoobservación se revelen para nosotras mismas, es clave tomar acción y otorgarnos aquello que precisemos, ya sea tomar un proceso terapéutico, marcar un límite importante para sí misma – con toda la dificultad que ello implique- o movernos hacia otro lugar en que sintamos que la propia alma puede desplegarse y ser real. Marcar límites o decir ya vasta, no siempre es fácil, de hecho, es de las cosas más difíciles que debe aprender y desarrollar una mujer, sin embargo, en pro de nuestra salud íntima debemos marcar los límites que sean importantes para nosotras, de lo contrario caemos en el arquetipo de la auto violación.

 

Una vez que nos permitimos observar ¿Hacia donde nos invita el sangrado?

La menstruación es una invitación a sumergirnos en un mar interior profundo de autoconocimiento y con ello nos conduce hacia otro nivel de consciencia, sin embargo, no siempre estamos totalmente disponibles y dispuesta a ello, puesto que esto tiene un costo emocional y energético, ya que muchas veces se abren situaciones dolorosas del pasado que no se deseaba mirar o incluso, conflictos vinculares que no se deseaban atender.

Y ante esto, además debo agregar, que pareciera que el tiempo entre uno y otro sangrado, transcurre tan rápido que no se logra ni siquiera enraizar el equilibrio alcanzado, cuando ya se está visitando el inframundo de nuevo, se requiere valentía y mucha voluntad para sumergirse en el viaje menstrual con todo lo que ello implica.

Frente a esto, no podemos pretender que el nivel de consciencia y energía con que nos relacionamos con el mundo y procesamos la información en otros momentos del ciclo, sea el mismo que en la menstruación. En otros tiempos del ciclo estamos más presentes en la vida cotidiana, y por su parte, en el sangrado entramos en un micro trance, ante lo cual nuestras capacidades de mirar y escuchar se amplían, y por lo tanto, somos consciente de asuntos que no vemos en el resto de las fases, esto es lo que nos hace tan exigentes con la demarcación de los propios límites y nos abrumamos fácilmente, cuando algo o alguien se extralimita.

Por otro lado, desde una mirada simbólica y arquetípica, al sangrar entramos en el inframundo uterino, y de esta forma, la propia energía baja, sintiéndonos más cansadas, sensibles, tristes y no disponibles.

No obstante, el regalo que recibimos, es que somos más conscientes de aquello que nos molesta, incomoda o duele, de las heridas del pasado, de las heridas del hilo rojo (linaje femenino) y del dolor universal que porta el tejido de mujeres.

En el sangrado simbólicamente estoy bajo la tierra, por lo que no puedo pretender ser dulce y tranquila, si estoy conectada al dolor de las mujeres y a mi dolor personal. Por mi parte, cuando me permití habitar este tiempo incómodo un salto de crecimiento emocional ocurrió en mí.

Esto se nos muestra, para que en otros momentos en que exista fuerza, claridad y energía, podamos tomar decisiones importantes y hacer cambios. Sin embargo, durante el sangrado no es un buen momento para tomar decisiones, sólo necesitamos descansar, detenernos y observar en la medida de lo posible.

Por lo tanto, luego de entrar en el inframundo puedo evolucionar, ya que me he hecho consciente de una parte de mi que no veía o no deseaba ver. Esto es posible ya que, de permitirnos habitar el trance de la menstruación, nos trae revelación autoconocimiento y claridad para la vida.

Esto ha sido sumamente claro para mí y por ello es que hoy veo el menstruar como el quitarme la venda de los ojos por un momento, para ver como está realmente mi vida interna femenina.

Progresivamente en la historia la mujer se fue distanciando del poder vivir su menstruación de una forma espiritual y sagrada, alejándose cada vez más de la posibilidad de habitar este estado de trance, pues en la vida actual, todas estamos siempre muy ocupadas y realizamos múltiples tareas, dándonos cada vez menos tiempo para detenernos, escucharnos y simplemente sangrar en tranquilidad en nuestra caverna simbólica.

En este alejamiento de los ritmos y ritos sagrados femeninos, perdimos una parte de nuestra alma. Hoy estamos intentando recuperarla a toda costa, y es por ello que hay una gran fuerza creativa que está movilizando a las mujeres del mundo a conectar con este espacio de quietud, silencio, introspección y encuentro en tribu.

Así también la sangre nos invita a habitar nuestras emociones, sobre todo aquellas que resultan más difíciles de llevar, éstas son las que nos muestran asuntos tremendamente claves que no han sido mirados ni resueltos. Y algo importante de la salud emocional durante la menstruación, es comprender que toda emoción tiene un lugar en mi vida. Por lo tanto, a cada sentir debo habitarlo y ponerlo en movimiento, ya sea con escritura, pintura, danza etc.

Finalmente, debo aprender a escucharme para no pretender estar en un lugar de consciencia que no puedo estar en mi sangrado, si me sobre exijo dejo de estar en mi centro y pierdo mucha energía vital. Habitar los ritmos orgánicos del cuerpo es un desafío para todas nosotras en la era contemporánea, se trata de retornar a los ritmos de la memoria de la tierra que llevamos dentro y debemos buscar y construir estrategias que nos lo permitan.

Finalmente quiero compartirte que: El reconocernos como humanas sangrantes nos trae una riqueza espiritual que no podemos llegar a dimensionar.


En la segunda parte del artículo continuaré hablando específicamente sobre el dolor menstrual y las claves concretas para aplicar en la propia vida y atravesar la menstruación en salud y equilibrio.

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Con amor

Ximena

9 comentarios en «Cuidado emocional y autoconocimiento menstrual. Parte I»

  1. Hola Ximena, gracias por tan sabías palabras e información que toda mujer debería leer. Yo ya perdí mi menstruación, pero no por ello agradezco cada día ser mujer y haber sanado mi linaje materno fue el regalo más bonito de mi vida. Mi pregunta es si tienes algún escrito sobre después del parto, que ocurre con la mujer, si tenemos que hacer algún tipo de limpieza energética, nose algo que pueda ayudar a restaurar la energía después del parto. Muchas gracias, se que cuando puedas me ayudaras a solventar dudas. Sin duda ya no es para mí pero puedo ayudar, a sanar a otras mujeres.

    1. Querida Maribel, así es, el poder ser mujer y pertenecer a un hilo rojo es de los regalos más hermosos que la vida nos da. La verdad no tengo ningún escrito sobre ello, pero te recomiendo muchísimo el «Manual de Ginecología Natural de Paula Perez San Martín». Abrazo inmenso

  2. Amé este post, me llego justo en mi segundo día de la lunita y me siento en mi centro, quiero comprender y comprenderme con compromiso desde mis ciclos lunares, aprender a escuchar la voz de mi Sangrado que trae consigo mensajes sanadores.
    Te abrazo desde el centro Ximena, siento en lo profundo que te conozco sin haberte visto porque eres una hermana de la tribu femenina y quiero darte las gracias por tu caminar en este tema, por compartir tus experiencias, conocimientos y sobre todo Sentires.

    1. Querida Jennifer, que hermoso leerte. Que todas las mujeres podamos escuchar cada día con más claridad y confianza, la voz de nuestra sangre. Recibo tu abrazo con muchísimo cariño, siempre siento, muchas nos conocemos de varias vida, gracias a ti por estar, abrazo inmenso

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