Texto escrito por:
Benjo Podlech y Ximena Nohemí
Hay una herida transversal a hombres y mujeres. Ésta es la herida de la repetición, la herida de los mandatos ancestrales, la herida del rechazo, la herida de ser alguien con quien no se resuena desde el alma y el corazón.
Con el fin de dar a conocer esta herida común, hemos estado construyendo y reflexionando este texto entre España y Chile, dado que nuestro propósito es que desde lo humano y cercano que todos podamos vivir nuestras heridas de manera sana compartiéndolas abiertamente en un contexto de confianza.
Esta es la voz de muchos hombres y mujeres que hoy resuenan con la misión de ir creciendo juntos.
Voz de una Mujer
¿Acaso tengo una herida?
Sólo sé que mientras escribo sobre ésta, hay un dolor que surge desde mi caverna uterina
A veces cuando sangro lo siento como lanzas que me clavan el útero y los senos
A veces especulo e imagino aquellas historias de donde viene
A veces lo olvido y sólo fluyo
Amorosa, alegre y serena
De pequeña me dijeron que no me victimice
Que oculte mi tristeza, la olvide, la guarde
Que eso hace una mujer fuerte y cuerda
Eso innumerables veces me contaron
Sé que mis abuelas vivieron a diario el silencio de sus dolores
Un silencio ineludible
Y en mi sangre me heredaron el jamás callar o parecer débil ante un hombre
Me dicen en sueños que yo sea lo que ellas no pudieron ser
Por lo que ante la más mínima sospecha de ser subestimada o maltratada
Reacciono para defenderme
Jamás me silencio
Acción-Reacción
¿Quizá exagero?¿Cuál es el equilibrio?
Por ahora me respondo que hay mandatos que me piden no aceptar nada que cuestione mi valor como mujer. Mucho menos de un hombre
Los hombres son un estorbo, no sirven para nada, estudia y trabaja mucho para que jamás dependas de uno, no te enamores perderás la cordura, se independiente, todos son iguales, todos son infieles
Me lo contaron también mi padre y abuelos
Llevando estos mandatos en mi sangre y siendo fiel a mis ancestros, muchas veces herí innecesariamente a hombres a los que realmente amaba
¡Lo siento tanto!
Mucho tiempo sin saberlo llevé la carga y el dolor de mis abuelas
Y poco a poco me desnudo en estas palabras reconociéndolo
Abandonando tantos años de esclava
Hoy veo nítidamente su dolor, lo honro, lo abrazo, y en ese acto de amor lo suelto
De verdad que lo suelto
Ya parece una herida tan antigua
Que se convierte en palomas blancas que se van
Siento la verdadera libertad
Decreto ser una mujer libre
Elijo mirar a un hombre con ternura
Dejarme proteger sin culpa
Sin sentir que por eso soy débil, víctima o fomento el machismo
Recibo esa ternura porque soy merecedora
Elijo proteger y abrazar a un hombre sin duda
Sin sentir que por eso es débil, poco hombre, o busca una madre que no deseo ser
Elijo creer que los hombres si me dicen la verdad, si son fieles, si saben amar
Y la vulnerabilidad los hace seres aún más hermosos
Elijo sanar los mandatos de mis abuelas que vienen desde sus historias de dolor, que no son mis historias
Elijo el silencio y también la voz según como a mí me vayan resonando
Elijo fluir libremente como ellas no pudieron al intentar cumplir con los cánones sociales de su época
Elijo vivir, un buen vivir, no un vivir a medias
Elijo crear cada día lo que resuene con la voz de mi alma
Elijo mi cuerpo y mi sexualidad como algo sagrado
Elijo el placer y el regocijo sin culpa
Elijo amar sin miedos
Elijo sanar el masculino y femenino que viven en mí
Elegir todo esto, es para mí la verdadera forma de erradicar la esclavitud
Que por tanto siglos hemos repetido.
Voz de un Hombre
¡Tengo miedo! ¡Tengo tanta tristeza! Cuando me abro a sentir mi corazón, inevitablemente siento algo que duele.
Una herida, dos, tres, son más de las que puedo contar.
La rabia es lo más cercano que puedo sentir, de mandar todo a la mierda. Y si respiro un poco más, siento la tristeza de muchos rechazos que he vivido.
El maldito rechazo de querer ser parte de un grupo, de tener amigos, y se rieran en mi cara. ¡Si en mi cara! Y sentía que yo era el problema, que tenía que cambiar algo.
Así también ese rechazo con mis pares, fue alimentándose con el rechazo de las mujeres. Se fijaban en tipos que las hacían sufrir, en los que no las respetaban, al menos las que me gustaban, y sentía tristeza. Solo quería amar y ser amado. Mujeres mayores decían que iba a atraer muchas mujeres cuando creciera y yo siendo adolescente y adulto, veía que no me valoraban, no me veían, simplemente tenía ojos claros que llamaban la atención, y ninguna se detenía a sentir mi interior.
Y cuando logré estar con alguna chica, esta me dejaba a los pocos meses. Mostrarme humano, cariñoso, incluso con poesía y romanticismo, era sinónimo de rechazo otra vez. No entendía porque eran así conmigo. No sé si me victimizaba, pero me daba rabia y en el fondo, era una gran tristeza. Escuchaba que no les gustaba sufrir y al mismo tiempo veía que iban a donde mayor dolor había junto a un hombre.
No quería ser como lo que se considera “normal” entre los hombres: follarse a varias mujeres, seducirlas, ser el macho alpha que siempre está en alguna aventura. Y a su vez reconocía que tenía un lado seductor, de atraer y querer ser el centro de atención. En ambos juegos, estaba mi herida de rechazo, que me llevo a no aceptarme a mí mismo, y sentirme atraído por mujeres que tampoco me aceptaban, que querían cambiarme a otro modo de ser. ¡Sentí la frustración una y otra vez!
Las mujeres en ese punto eran para mi hipócritas, que se victimizaban y no eran sinceras con sus deseos profundos. Y a la vez veía en el linaje de mi madre, mujeres con mucha personalidad, empoderadas, entregadas a sus hijos, que trabajaban, esforzadas y que siempre tenían una voz para decir su opinión. No vi sumisión, vi un matriarcado que comenzaba por mi abuela. No entendía la gran diferencia entre ese modelo y las mujeres que me fijaba. ¡Otra frustración de tomar consciencia y siguiera la misma historia con distintos personajes!
Tal vez estaba sanando en mi sistema familiar, el trato machista de mis abuelos y bisabuelos, de que el hombre es el que tiene la razón y decisión. Y a la vez sentía una rabia que puede ser heredada de las mujeres de mi árbol, hacia sí mismo y hacia las mujeres. Comprendí de a poco que mi experiencia, es también efecto de lo que se silenció en mi linaje.
Comprendí entonces que al interior de mis heridas, dolores y tristezas, estaba el potencial del cariño. Y comencé a darme cariño, a esas heridas, a esos fantasmas, a esas rabias. Dar cariño también a las mujeres, sin importar cual fuese, y reconocer en cada una un potencial de vida y sabiduría impresionante. De la rabia y tristeza, pase a la admiración, y el puente fue el cariño. Lo impresionante, fue que empecé a recibir cariño de muchas mujeres, un cariño sincero, puro y desinteresado. Empecé a vivir una y otra vez un vínculo en paz con ellas. Ellas en mi pasado aumentaron mi herida y fue con ellas donde empezó la sanación, transmutación.
Tenían tanta facilidad para amar, que fui siguiendo esos ejemplos, para luego hacerlo a mi estilo y volver a esa esencia que cuida, quiere y quiere ser querido de buena manera.
Como hombre elijo respetar y honrar a cada mujer, ser sincero en mi sentir y aceptar el rechazo como una opción más entre muchas. Elijo amar aceptando mis miedos, proteger y ser protegido, contener y ser contenido. Decreto el respeto por las diferentes formas de relacionarse con las mujeres, y apoyar la autenticidad de cada una. Como también ser autentico. Decreto confiar en mi sensibilidad, que me conecta con la vida y a no esconderla con otros hombres, sino hablarla, abrirla, para compartir un momento nutritivo. Y agradezco el poder de la mente y palabra que tengo como hombre y que se conecte cada vez más al corazón, para ser un gran equipo.
Nuestras Conclusiones
«El Guerrero sabe que un camino tiene corazón cuando es uno con él, cuando experimenta gran paz y placer al atravesar su largo» (Castaneda)
Escribo esa cita a modo de conclusión. Más que luchar contra algo o alguien, lo importante es seguir al propio corazón. Un corazón con experiencias, historias y también heridas. Todo son aprendizajes, de actuar más coherente con lo que somos en nuestro interior, realizando actos valientes de coherencia consigo mismo y el mundo.
Como hombre tengo heridas y las reconozco. Las honro y me hacen ser quien soy hoy. Y la vida no es solo heridas, también es amor y tantas cosas bellas por las cuales estar vivo se transforman en un regalo.
Así también reconocer las heridas de las mujeres que han vivido por un contexto social y cultural machista. Somos responsables en omisión u acción de mantener esa herida mediante críticas o indiferencia, o como este artículo, dando una voz a lo invisible y a la vez común entre todos.
No hemos aprendido por educación en general a respetar y honrar a las mujeres, eso no quita la oportunidad de empezar a hacerlo.
¿Cómo?
Con la sinceridad más completa de lo se siente en el interior. El acto de honestidad es una llave directa hacia nuevas formas de experimentar las relaciones hombres y mujeres.
Otra llave es que la vulnerabilidad deje de ser tabú para los hombres, y cada uno empiece a darle un espacio abierto en la vida expresándolo de mil maneras.
Honestidad y vulnerabilidad, son un pequeño resumen para tener vínculos nutritivos entre hombres y hombres con mujeres.
Es una opción, una posibilidad, una puerta.
Te invito a vivirla, experimentarla y ver qué sucede. Así estas palabras pueden transformarse en un nuevo paso.
Más vale avanzar un centímetro hacia lo nuevo que recorrer kilómetros de lo mismo. Que la compasión y la paciencia sea los remos de este barco de honestidad y vulnerabilidad abierta y compartida.
Vale la alegría intentarlo, bendito intento.
Benjo Podlech
Para sanar puede que sólo haya que elegir. Si bien, opto por curar mis heridas, asumo que tendré que introducirme en aquello que hasta ahora he evitado ver, ya sea por miedo, por comodidad, porque no sé cómo hacerlo o tantas otras razones.
Si elijo sanar las heridas de mi femenino y masculino heridos, sea yo hombre o sea yo mujer, estoy adentrándome en la herida más primigenia a todas las demás, entro en lo que recibí de padre y madre, entro en la relación que tengo con mi padre y madre internos, y cómo desde ellos llevo tanto mi niño interior como mi ser adulto.
Aventurarse en sanar femenino y masculino heridos, es un gran reto que yo si elijo asumir a diario, observando el mantener el equilibrio de estas energías por el resto de la vida. Siento que en cada cosa que hagamos están ambas polaridades y en cada segundo hay un equilibrio perfecto de ellas para que cada una de nuestras creaciones o incluso la forma de manifestarnos con otros en diferentes contextos sea idónea y asertiva. Siento y reafirmo profundamente que la sanación tiene mucha relación con “darse permiso” y ser auténticos con lo que resuena en el corazón en cada instante y en cada ser. Si hay culpa cuando me relaciono con una de mis energías, puede ser la señal de que ahí está aquello que debo mirar y abrazar.
El estar reconciliados con ambas energías, nos deja una puerta abierta a que se dé la plasticidad que nos permite la preciada fluidez, y fluidez es danza, y si hay danza hay vida, y si hay vida hay puro regocijo para alma. Y si me doy permiso de sanar mi relación con ambas energías, danzo con mi femenino y danzo con mi masculino, y así de esa forma tan simple ocurre la sanación.
Ximena
Te agradecemos enormemente dejar tus opiniones y comentarios bajo este artículo.
Benjo Podlech
Psicólogo y Coach Transpersonal
Ximena Nohemí Ávila Hernández
Psicóloga Clínica dedicada al desarrollo de la mujer
www.cantarosagrado.cl
35 comentarios en «Hombre y mujer: La voz de sus heridas»
Esto es justo lo que buscaba, muy revelador y me permitió ver las heridas del femenino y del masculino que llevo dentro. Gracias por este aporte de luz y amor.
Gracias a ti por leer los escritos de la web 🙂
Para mí ha sido revelador! Cuando he leído los mandatos»Sé independiente, estudia y trabaja mucho para q nunca dependas de uno,», «los hombres son todos iguales»he reconocido los mandatos de mi madre y abuela, y también sus reacciones si sospechsn desprecio…Los había escuchado y siempre dado x buenos, y no se equivocan del todo pero en mi caso esto me ha cerrado a un enfoque más positivo..Cuando he leido de darme permido para dejarme proteger x un hombre sin sentir culpa, xa cuidarle sin sospechar q busca a una madre y q no es fuerte, ver como la vulnerabilidad los hace aun más bellos, me dado curnta de que no me permitía eso, sólo a ratos pero luego llegaba una rabia incontrolable que me imagino q sale de mi clan, de las historias de opresión y engaños de generaciones de mujeres,y la verdad es que este texto ha sido liberador, xq me ha mostrado donde estaba atadcaba, de donde venía mi enojo, y sobre todp, q no me pertenece y tampoco sana a mis ancestras, y ahora que lo veo m puedo liberar.Gracias desde mi alma de mujer libre!
Gracias por compartir tan profundo testimonio, gracias por resonar!
Me encantó el artículo y es muy cierto el reconciliarse con mi lado femenino y masculino me permite está bien con Migo misma y ser cada día mejor gracias por compartir su experiencia su sentir y su conocimiento
Gracias por leer, te abrazo!!!
Hola. Maravilloso texto. Expresa de manera profunda la raíz de los conflictos del hombre y la mujer.
Sin embargo, sentí una incomodidad y rechazo cuando leí la parte del hombre. A qué se deberá eso?
Creo que es un trabajo maravilloso. Gracias por compartirlo
GRACIAS! Sabias palabras, llenas de luz.
Que increíble. .. y pensar que vivimos toda una vida asi o que por generaciones experimentamos una y otra vez lo mismo. Es hermoso descubrí que todo tiene solución y más aún cuando está dentro de ti mismo… en tu verdad, en tu alma y esencia. Deseo que todos los niños tengan esta oportunidad de moldear su vida con las herramientas necesarias para buscar su camino y no vivir las historias de su linaje o estereotipos. Que bendición encontrarme con estos artículos, ya me acercaron el día de hoy un centímetro más a mi verdad y felicidad plena. Gracias Ximena y Benjo.
Gracias por resonar y leer, un abrazo al corazón 🙂
Gracias por estas palabras, me llegaron en buen momento, cuando estoy en lucha con mi forma de ver a un hombre a través de las vivencias de mi linaje de mujeres.
Gracias Lola, por leer y conectar
BELLO. IDENTIFICADO
Querido Ivan, gracias por leer y resonar
BELLO!!
. IDENTIFICADO.
Simplemente maravilloso!
Gracias, gracias, gracias!
Me uno a mover energía desde mi útero sagrado para ayudar a sanar esta humana condición donde hombres y mujeres vivamos en armonía desde la compasión y amor.
GRACIAS POR LA SINTESIS VITAL
HUMANOS SIENDO HUMANOS
RE CUPERANDO HUMANIDAD
Querida Ana, gracias por resonar. Un abrazo
Ha sido increíble leerte esta mañana. Tus palabras hicieron eco en cada parte de mis ser. De pronto comprendí que me he cerrado al amor de una manera que nunca imaginé. Y se perfectamente que la historia de mis ancestros tiene mucho que ver. Nunca pensé que sanar el útero tuviera una gran trascendencia. Y aunque ahora ya no lo tengo, me gustaría hacer algo al respecto.
Muchas gracias por compartir.
Saludos
Querida Adriana, infinitas gracias por leer. Que cada palabra sea una medicina. Te abrazo hermana
Me llegaron muuy profundo sus palabras, lloré y me doy cuenta que tengo mucho que trabajar, que sanar para hacer lo que resuena en mi corazón y no lo que mis mujeres me han inculcado, crear mi propia historia.
Gracias por compartir
Querida Elena, gracias por leer estas palabras medicina
Gracias infinitas!
Gracias por leer
Maravilloso texto!!
Gracias por leerlo
Gracias!resuenan en mí estas maravillosas experiencias!Hace unos días conversaba con mis hijos….del sanar del Amar sin cuestionamientos..sin cadenas ancestrales…Gracias!Gracias!Gracias!
Querida Erika, gracias a ti por la conexión! un abrazo del alma
Hermoso artículo, lo postee en fb, gracias a los dos, se siente profundamente como cada uno lo ha trabajado desde las heridas más profundas de sus corazones… Gracias nuevamente !!!
Querida María Andrea, gracias por leer y conectar con este escrito desde el corazón. Un abrazo
Maravilloso!!<3
Gracias por leer y conectar