La madre interna: 3 claves de autocuidado emocional en la fase menstrual

Querida mujer,

Decidí que con estas palabras deseaba transmitirte con toda honestidad lo que he ido aprendiendo y aplicando en mi vida como forma de cuidarme y amar mi cuerpo en todas sus facetas. Especialmente en el sangrado menstrual que es cuando, a mi parecer, nos sentimos más sensibles y abiertas a cualquier cuidado que terceros, y por sobre todo, nosotras mismas deseemos otorgarnos.

A lo largo del camino de amarme y abrazar mi sangrado, observé que todas las mujeres que podían sostenerse bien a sí mismas en momentos de dolor físico o emocional durante la menstruación, habían logrado desarrollar un preciado aspecto que podemos llamar: la madre interna.

Tomando este concepto y considerando la temática central del post, el autocuidado emocional es estar totalmente presentes y cuidarse a sí mismas cuando sea necesario, lo que tiene que ver directamente con haber desarrollado la consciencia de que: Somos adultas y por tanto tenemos una gran capacidad de acunarnos, abrazarnos y sostenernos.

Y cuidado, que esto no significa cerrarse a recibir la ternura, compañía y cuidado de otros cayendo en la creencia de «yo puedo todo sola».

Ello implica que puedo contar con el cuidado hacia mí de forma infinita e ilimitada. Satisfacer mis necesidades en todo sentido, establecer un compromiso conmigo misma y estar atenta a todo lo que pueda dañarme, para así desde el amor decidir cuándo y cómo marcar límites saludables. Nutrirme con lo que sea mejor para mí, descansar cuando mi cuerpo me lo indique necesario, darme tiempo para hacer lo que me gusta, y también darme tiempo para simplemente no hacer. Sentirme merecedora de lo mejor, ya sea en lo material como en las relaciones, y desde ello abrir el corazón a todo lo que la vida tenga para mí. Eliminar el autocastigo y la culpa, pues no hacen más que alimentar mi depredador interno y ahondar la herida de éste.

Es muy probable que esta madre interna provenga de la internalización de nuestra propia madre física, por lo que, la forma en que nos cuidamos puede ser muy similar a la forma en que nos cuidó nuestra madre de pequeñas. Si es así, observa y toma consciencia de qué aspectos de ti misma se te hacen difícil sostener en tus días menstruales:

• ¿Es difícil aceptar tu sensibilidad y te autocastigas?
• ¿Satisfaces tus necesidades emocionales incluso pidiendo ayuda si la necesitas?
• ¿Te tratas con palabras amorosas o más bien enjuiciadoras?
• ¿Te autovaloras hablándote con palabras con gran carga positiva?
• ¿Te sientes un fuerte sostén para ti misma cuando estás sensible emocionalmente?
• ¿Tienes tus propias prácticas de autocuidado para tus días menstruales?

¿Por qué es tan importante el autocuidado emocional durante la menstruación?

Durante la fase menstrual los mecanismos psíquicos de defensa están más débiles, por lo que es más probable que seamos conscientes de todo aquello que nos duele profundamente, hiere o incómoda en nuestra vida. Ante ello pueden aparecer emociones que sea necesario acoger, abrazar y acunar en nuestro corazón, para así lograr “maternar nuestros procesos emocionales en el sangrado hasta lograr extenderlo a la vida en general”.

Desde ello querida mujer cuando estés menstruando y no te sientas bien o veas que tus emociones han armado una pugna dentro de ti, regálate un momento a solas para cerrar los ojos. Descubre a la madre interna, pero intentando encontrar a la más dulce, sabía y sana. Si no logras descubrir este espacio, constrúyelo capa a capa y con mucha paciencia desde la integración de prácticas habituales como:

1. Cada noche antes de dormir, visualizo mi sensibilidad y tristeza como una niña muy pequeña que vive en mi corazón (o incluso como un pequeño bebé). Ella requiere todo mi cuidado y atención por un momento. Desde allí me coloco en posición fetal, cruzo mis brazos acunándome y siento como contengo esta parte de mí.
2. Si lo anterior es difícil, podemos dedicarle unos minutos a observar fotografías de nosotras cuando pequeñas para conectar con esta niña herida que vive en nuestro interior y despertar el sentido de autoprotección.
3. Además de ello puedo cerrar mis ojos, respirar conscientemente y sentir que  mi útero se va expandiendo con cada respiración, hasta que este crece a tal medida que estoy dentro de él. Desde ese espacio sagrado me siento en mi lugar seguro, tranquila, amada, cuidada. Nos cobijamos y mantenemos arropadas por un momento.
4. Otra práctica meditativa es enraizarme con el corazón del cielo y el corazón de la tierra, desde allí padre y madre divinos me envían energía sabia y amorosa.
5. Y por último, puedes ver una película que te haga sentir bien mientras comes algo que te guste mucho (mímate).
6. Y por sobre todo, cada día, júrate amor eterno de aquí al infinito y más allá.

Con amor, Ximena