El viaje personal a la caverna del útero

Sanar Relación Con La Madre

En las profundidades de cada mujer hay una caverna que guarda los secretos de sus memorias uterinas. En sus paredes de roca hay jeroglíficos que llevan escrito todo lo que ella necesita saber sobre sí misma. Saber tan profundo y extenso como las estrellas en el cielo, por lo que seguramente ella necesitará muchas vidas para revelar una parte importante de él. Pues cada mujer es un cántaro de historias que guarda la verdad de sobre la humanidad y el origen del universo. Pero lo que cada mujer no sabe es que su caverna uterina se conecta con las cavernas  de sus ancestras y también con las de todas las demás mujeres, finalmente compartimos la memoria de la humanidad en nuestros úteros. Pues hay hitos que han ocurrido en el tiempo, y que están plasmados en el vientre de cada mujer, así es como lo que sana una también lo sana la otra y sana la humanidad. 


Es necesario descender al fondo primitivo del alma, asumir las tinieblas, vivir el temor de lo primordial para así acceder a la luz”.

Carl G. Jung


Mi viaje personal a la caverna uterina, ha sido doloroso y hermoso a la vez, mereciendo una trascendencia única en mi vida, que es lo que deseo con profundo amor hoy compartir con ustedes.

La primera vez que ingresé a una ceremonia de temazcal, no hice más que llorar, no podía ser siquiera capaz de reconocer de dónde venía tanta tristeza, lo mismo sucedía durante mis menstruaciones, pues durante éste viaje me habitaba un dolor inexplicable que mi cuerpo y mente no alcanzaban a comprender ni a procesar.

Más tarde comprendí que el ingreso a la ruca de sudor así como la menstruación simbolizaban el regreso al útero de la madre y allí sanabas aquello que este momento de tu vida precisaba. En este reingreso al útero nos hacíamos conscientes de todo lo que estaba sin vida en éste, y en ello entraban los cementerios ancestrales habitados por los sueños frustrados, los desamores, los no nacidos, los exiliados de la familia, los olvidados y los no honrados.

Es así como durante cada menstruación cada una de nosotras emprende un viaje en solitario a su propia caverna uterina, esa que lleva escritas nuestras historias del alma y así también el inmenso poder creador y la energía sexual de nuestras ancestras. Esa fuerza que se ha ido acumulando a medida que cada mujer del hilo rojo ha ido pariendo y así ha sido capaz de transmitir la vida de generación en generación de forma incansable e ininterrumpida hasta permitir que nosotras estemos aquí y ahora. Sin embargo en este viaje se debe honrar a todas las mujeres de nuestro árbol, no olvidar a ninguna de ellas, haya sido madre o no, haya sido feliz o triste, haya sido buena o malvada. Pues con el sólo hecho de recordar un ancestro y honrar tanto su existencia como su muerte, hay cargas que se sueltan y caminos que se abren en nuestra vida.

Desde el inicio de los tiempos mujeres y hombres comprendieron que la menstruación de la mujer la conducía a un estado de trance que sólo ellas eran capaces de experimentar, así su regreso a la caverna uterina ocurría cada mes, luna a luna, en ese viaje se acompañaban y rezaban por la humanidad. Así fue como chamanes comenzaron a lograr este estado de trance con el viaje de tambor y plantas de poder. En ello lograron ingresar a la caverna uterina de sus linajes, alcanzando el mismo poder sanador que obtenían las mujeres durante el sangrado.

Por otro lado el tratamiento con el huevo de obsidiana ha sido un inmenso vehículo hacia la caverna uterina, siendo el broche de oro en mi viaje personal. A través de los sueños y meditaciones me reveló secretos trascendentales de mi árbol que me permitieron encontrar las raíces de la inmensa tristeza que habitaba en mi espacio uterino. Sin embargo ahí comprendí que una parte de la sanación es encontrar una respuesta, y luego viene el hacerse cargo cambiando creencias y hábitos de vida que es lo más dificl. Cuando encuentres las raíces de una dolencia sólo estas en la mitad del camino.

Así también la obsidiana me permitió reconocerme en un lenguaje simbólico profundo. Aprendí que cada vez que soñaba con agua, se representaba en mi psique el estado emocional de mi caverna uterina, manifestado por el estado energético de mi segundo chakra.  Así aprendí que aguas turbias, eran señal de que mi menstruación se venía difícil, dolorosa o con coágulos. Mientras que aguas cristalinas y livianas en las que muchas veces me veía flotando, me indicaba una próxima menstruación suave y amorosa. Pues el agua es un espejo por excelencia y aparezca en lo interno o externo, siempre nos está mostrando nuestra alma.

Te invito a que durante cada menstruación observes con profunda atención cuáles son los sentimientos que más te invaden, desde ahí cierras tus ojos y ábrete a conocer las historias de linaje que hay tras cada sensación. Recuerda que cada sangrado es un viaje profundo a la caverna, esto te permitirá comprender con amor y paz tu dolor físico y emocional.

Recuerda que no estás sola, no eres la única, eres un cántaro historias universales, escribe esas historias y compártelas con el mundo.

Desde este año comencé a facilitar junto a una gran amiga canalizadora un taller de lectura y sanación de memorias de útero. Sin duda este encuentro resultó un viaje fascinante a la caverna uterina, donde muchas lograron soltar cargas ancestrales que las mantenían literalmente atadas al pasado.

Espero de alguna u otra forma tu viaje a la caverna uterina, sólo te traiga sanación.

Te abrazo.

Por Ximena

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7 comentarios en «El viaje personal a la caverna del útero»

  1. Hola, gracias por compartir todo esto. Realmente es importante que todas nos reconozcamos como entes únicos y, a la vez, entendamos nuestras diferencias. Me encanta que nos inviten a reconocer y a respetar nuestro linaje, a reflexionar y a asumir que nuestro cuerpo tiene mucho qué decirnos. Sólo necesitamos escucharlo. Les envío un gran, gran abrazo.

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